martes, 24 de marzo de 2015

SOBRE LA RECOGIDA DE DATOS (capitulo 6)







SOBRE LA RECOGIDA DE DATOS


Cuando los europeos empezaron la observación a gran escala de los salvajes en los siglos XVI-XVII, la medicina fue uno de los aspectos de estas culturas primitivas que más les interesó y de la que más informes dieron.
Estos primeros observadores se limitaron en general a observar los hechos sin apenas influencia de teorías o prejuicios.  Su propósito principal era aprender los “trucos” de sus colegas y competidores primitivos.
El interés sobre la medicina y los informes sobre la misma disminuyeron en proporción al incremento de elementos científicos y en proporción al creciente uso en la medicina occidental de drogas químicas y luego sintéticas.
Nuestra propia sociedad está cada vez más obsesionada con el problema de la enfermedad, especialmente la enfermedad mental.  La preocupación por la salud ha adquirido un carácter casi religioso y es sorprendente que esta actitud general de nuestra cultura no haya tenido mayores repercusiones en el campo de la etnografía.
La medicina ha sido siempre uno de los fenómenos menos estudiados en la sociedad primitiva, a pesar de que gran parte de la literatura primitiva es de carácter “médico”.
Hay gran variedad de formas de tratar a una persona enferma que van desde el abandono y el desprecio a la más extrema devoción y respeto. 
La enfermedad y su tratamiento no son rasgos más o menos accidentales; son problemas esenciales en el funcionamiento de cada sociedad y en la vida de cada individuo.

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